Jamás hablaré de un punto y final en tu recuerdo.

¿Crees que te voy a olvidar? Estás loca. Puedo volverme un pesado, un capullo, un tierno corderito o un alocado personaje soñando con sentir tu sombra sobre mi en todo momento. Puedo también intentar ignorarte, pensar que no es vida añorar lo imposible, soñar con que la vida sigue sin ti, dar media vuelta y no mirar. Puedo morirme por dentro o percibir que vivo y siento desde el más lúgubre recuerdo al más intenso placer. Puedo enloquecer si no estoy aún lo suficientemente loco. Pero no puedo olvidarte. No sé como olvidarte, y tampoco quiero.

Elige. (Inspirado en Gladiator)

La trascendencia de lo humanamente sencillo y de lo universal en el alma de cada uno de los hombres y de las mujeres existidos y por existir perdura. El amor y el odio en todas sus vertientes, en todas sus ramificaciones. La moneda que cae de un lado o del otro. La sombra y la penumbra, la luz y el destello.

No morirá hasta que los dos últimas personas marchen.

A manos de sus armas -espadas o fusiles, veneno o las manos-, luchando entre sí para finalizar con la vida del otro y con la suya propia, con la especie. Odiándose como se odió al enemigo o al fugitivo.

Sin motivo real ni tangible. El odio por el odio.

O por el contrario, abrazados y con lágrimas brotando de sus ojos, cristalinas y plateadas. Amándose, como se amó al hermano y al amigo, al amante, a un padre y a un hijo.

Con el mayor motivo habido, el amor por el amar.

Elige.

Metas.

Conseguimos unas metas que alguien ha puesto ahí por nosotros y nos sentimos orgullosos de cruzarlas mientras que millones y millones de personas ya lo han hecho millones y millones de veces.

Sácate la E.S.O., mastúrbate diariamente, sácate el bachillerato, un ciclo formativo si ves que no puedes, folla, folla como un loco, engaña a alguna buena o mala chica para follártela de todas las maneras y posturas posibles, una carrera, un máster o doctórate si te ves capaz, trabaja, gana dinero, gástalo, una casa, una moto, un cochazo, sacia esos vicios que te han sido impuestos, viaja, ten una novia guapa, engáñala, cásate, ten hijos, mira la televisión, ten nietos, muérete. Hay quien diría que ahí acaban tus metas, pero no, atento que hay más. Que te entierren, deja una herencia, que te coman los gusanos, sé olvidado...

Mis metas.

Sácate el bachillerato, vete a vivir fuera, estudia cine o filosofía, o nada, u otra cosa, lo que te salga de los cojones, monta un bar con uno o unos colegas, jódela, aprende del error, toca la guitarra a lo Hendrix, da un par de conciertos, curra en un trabajo de mierda que te de para no morirte de hambre ni de frio, no curres, no hagas nada, y hazlo todo, escribe un libro, una pelicula, una canción, un poema, mil poemas, ve otras miles de peliculas, de series, no te vuelvas a tragar un anuncio de televisión, como mucho en internet de camino a ver otro episodio de esa puta serie que cada vez te engancha más, escucha música, fuma hierba, conduce una moto como lo hacías con quince años, no te separes de tus colegas, consigue estas metas, y si no te apetece conseguir alguna, o ninguna, no lo hagas, replantea, es tu puta vida, decide qué hacer y cómo hacerlo.

Simultáneamente.

Cuando pienso en todos los momentos en los que quise tener las cosas claras, que su rostro atravesara la espesa neblina de la
incertidumbre. Cuando recuerdo el malestar, el incontrolable impulso de sentirme atrapado y desorientado al no conseguir la verdad que me aguarda escondida, dispuesta a besarme y a morderme a la vez. Cuando visualizo el paisaje arbolado, perdiéndome en el bosque, y desaparecer entre espesura verde oscura y sentir frío. Cuando ametrallan mi frágil y enferma cabeza todos los entresijos que me acontecieron, me acontecen y me acontecerán,... hallo mi respuesta.
Que la respuesta a quién soy es todo, y nada al mismo tiempo. Que el tiempo no existe, que estoy muerto y vivo simultáneamente.
Que el placer y el dolor me aguardan, y confabulando se turnarán entre ellos, cuando no preparen una explosiva orgía de balazos y victorias, de emociones encontradas y de orgasmos atados a los más fuertes de los desamores. Que no importa la aleatoriedad que me envuelve o me atrapa como flotando en el vacío.
Que espero sentado o corriendo las tretas de la vida. Y que me enfrentaré a ellas, pues, qué demonios, estoy vivo, y en eso consiste. Pues, qué demonios, moriré, y recordaré todo aquello que haya forjado mi ser. Los pequeños momentos y detalles que dieron algo de sentido a mi vida en esta espiral de cinismo y error, o acierto -dando en el centro de la diana-, a la que llaman realidad.

¿Y qué más queda?

Reanudo la interminable búsqueda.
La eterna duda siempre me acompaña.
No creo en nada, y de ello hago campaña.
Vuelvo al sin sentido, y la vida rueda.

El sufrimiento hace que vencer pueda,
constante prueba atacando con saña,
e insaciable la razón me engaña.
Perpetua pregunta, ¿y qué más queda?

Porque la vida me ataca muy puta,
y la suerte no es más que fuerte caos,...
Sin amar tomaría cicuta.

Morir sintiendo, vivir sin más meta
que cada día invencibles sentirnos.
Correr, gritar, girar con el planeta.

Ruido de fondo.

Recorrer la suave y deslizante linea de tu cuello con un dedo, con dos, o con tres. Rescatar la magia que yace en mí con un simple chasquido consigues, sin esfuerzo. Decaerme también con tu distancia o con tu hermética maldición. Los latidos de mi pecho se compasan con el pasar de los segundos en los que quiero estar contigo, en los que no quiero estar sin ti.
Buscando una salida desde la que empezar a correr todas las millas de tu cuerpo pasaré mis horas despierto, y mi eternidad dormido. Colorearte con cada uno de los tonos magenta y fuego, en tormenta y truenos convertir los restos.
Tectónica y dulce, potencial y apasionada, rota por mil partes y unida en una sola,... cómo yo.
Deseable y degustable, impecable e implacable, tan bella y apreciable... como solo tú.
Y qué final tan esperado que el de desaparecer sin avisar y una duda de si realmente es el fin de la historia como ruido de fondo.

Chaos.

Si existe algo existe su ausencia, ergo si siempre se ha ausentado debería aparecer en algún momento. Mas puede no ser así. Puede ausentarse hasta límites insospechados, y no cumplir su propósito en la propia existencia.
''Llegará''. Estoy cansado y algo enfadado cada vez que regresa esta expresión. Si no estuvo no tiene la obligación de estar, simplemente es una posibilidad, sea grande o pequeña, no importa. Afirmar que ''llegará'' cumple el objetivo de intentar llenar un hueco, de dar una esperanza a la incertidumbre. Es posible, simplemente.
''No llegará''. De igual manera no se puede afirmar, no se sabrá nunca. Se presentará la muerte en nuestra puerta y a la falta de cognición no se sabrá. Si llega, se descarta esta idea, si no llega, se desconoce.
Incertidumbre y duda en este caos de realidad tanto general como individual, chaos. Perderse en una tormenta que sacude toda la realidad, girando y chocando como objetos celestes.